Poder notarial
A veces surgen problemas con los poderes cuando se trata de fideicomisos y testamentos. La mayoría se centran en un desconocimiento básico de lo que es un poder notarial y de lo que permite o no hacer a un beneficiario de la herencia.
Por desgracia, con demasiada frecuencia en Trust Law Partners somos testigos de muchos nervios crispados, familiares decepcionados o enfadados, además de tiempo y dinero malgastados porque la gente entendió mal o utilizó mal el "poder" de un poder notarial.
Así pues, aclaremos las cosas.
En primer lugar, ¿qué es un poder notarial? Un poder notarial, o POA, es un documento legal que autoriza a una persona -llamada "agente" o "apoderado"- a tomar decisiones financieras y médicas limitadas en nombre de otra persona llamada "poderdante". Suele concederse por dos motivos: uno, para tomar decisiones económicas por alguien que no puede hacerlo; y dos, para tomar decisiones médicas por alguien incapacitado e incapaz de tomar decisiones por sí mismo.
Es importante tener en cuenta que un poder no impide al poderdante actuar, siempre que sea física y mentalmente capaz de hacerlo. Por tanto, no es lo mismo que una curatela, en la que un tribunal retira al mandante la facultad de actuar y se la da a otra persona.
La mayoría de los poderes tienen condiciones que los activan. Esto puede incluir que un médico o incluso dos médicos certifiquen que la persona no es capaz de tomar decisiones por sí misma. Esto suele ocurrir cuando los propietarios del patrimonio -los padres ancianos, por ejemplo- empiezan a sufrir incapacidad mental. O también se puede otorgar un poder específicamente para un periodo de tiempo en el que alguien esté en el hospital, fuera de la ciudad o no pueda ocuparse de sus propios asuntos económicos.
Aunque eso parece bastante sencillo, te sorprendería la frecuencia con que los poderes notariales pueden causar problemas cuando se trata de planes sucesorios. He aquí algunos ejemplos:
Aunque parezca mentira, algunas personas -incluso algunos abogados profesionales- tienen la impresión de que un poder general autoriza a modificar un plan sucesorio, o a crear uno original, para el otorgante de dicho poder. Es triste decirlo, pero se llevan una gran decepción cuando descubren que no pueden. Se enfadan aún más cuando se enteran de que el plan sucesorio elaborado bajo esa falsa creencia se considera en gran medida nulo ante la ley, y que además tendrán que dedicar tiempo y dinero a elaborar otro plan sucesorio.
Incluso una rápida consulta jurídica a un bufete como Trust Law Partners, especializado en casos de sucesiones, fideicomisos y testamentos, podría haber evitado este problema.
De vez en cuando, los clientes nos preguntan por qué no pueden utilizar el poder notarial para obtener bienes a la muerte del otorgante después de que los bancos o las entidades de inversión se hayan negado a ayudarles. La razón es sencilla. Porque el "poder" del poder muere cuando muere el poderdante (la persona que otorga el poder).
En pocas palabras, un poder notarial es un documento para los vivos, no una herramienta para que los beneficiarios cambien los detalles del plan sucesorio o accedan a los bienes del poderdante una vez éste haya fallecido.
Los poderes incluyen varias categorías que autorizan a realizar acciones específicas en nombre del poderdante. Pueden ser la venta de bienes inmuebles, el pago de facturas, la transferencia de dinero entre cuentas, el acceso a cuentas de jubilación u otras decisiones financieras. Los poderes también tienen apartados que autorizan diversas decisiones médicas, así como disposiciones para impedir medidas que salven la vida. La persona que otorga el poder debe revisar las acciones que se autorizan y marcar las categorías que corresponderían.
Aquí también es donde muchos clientes que no están familiarizados con la naturaleza y las limitaciones de los poderes pueden tener problemas. Cuando se trata de fideicomisos y testamentos, la mayoría de los poderes no permiten -ni siquiera tienen una categoría- modificar un plan sucesorio. Si un poder dice específicamente que puede utilizarse para hacer o cambiar un plan sucesorio, generalmente puede utilizarse con ese fin.
Los poderes son instrumentos jurídicos robustos que, ejecutados adecuadamente, pueden y deben utilizarse en beneficio de las personas. Pero a menudo se malinterpretan y se utilizan mal. El mejor consejo es que un profesional del derecho, como uno de los expertos en fideicomisos y testamentos de Trust Law Partners, revise y explique tu poder particular para ayudarte a comprender qué es posible y qué no.